19/06/2020
George Floyd, millones de hombres y mujeres, millones de jóvenes, en doscientos países, formaron la procesión funeraria más larga de la historia. Eras miembro de una Iglesia reformada en Houston, que no ve a la muerte como un momento de desesperación sino como una reunión de solidaridad y de esperanza. En un día creaste millones de negros, de morenos, de grones... de todos los colores que gritan en todos los idiomas su rechazo a los linchamientos y a la injusticia ordinaria.
Su cólera es la cólera de las inmensas multitudes y la de las nuevas generaciones que ya no consentirán ninguna persistencia secular de la discriminación en contra de las minorías, ni en tu país ni en sus países, esta opresión diaria, insidiosa, aleatoria y sin ley.
Pero su cólera es también un drama íntimo: es la cólera de miles de millones de afrodescendientes en el mundo. Cualquiera que sea su condición, que provengan de una comunidad minoritaria empobrecida, relegada y sospechosa; o que sean una fuerza mayoritaria y libre; estén unidos o divididos; que formen naciones o tribus hostiles... Todos se preguntan en su fuero más íntimo: “¿Soy lo suficientemente negro?”. Es decir: ¿Soy suficientemente solidario, suficientemente vigilante y suficientemente consciente de las consecuencias contemporáneas de la esclavitud, el apartheid, o los trabajos forzados?
¿Y ustedes, mis nietos, Florence y Natanael con los ojos persas? Ayo, nuestro pequeño yoruba rubio, se van a preguntar lo mismo. El África de ustedes es para el mundo lo que las minorías afroamericanas son para las Américas: lo contrario y la negación del progreso de los demás. "¿Serás lo suficientemente negro?". Es decir, lo suficientemente rebelde, lo suficientemente insurrecto, lo suficientemente orgulloso, lo suficientemente confiado. ¿Lo único que va a permanecer para siempre será solamente nuestra música, nuestras almas y nuestras artes como metáforas únicas de nuestra grandeza y de nuestras libertades?
Y yo, el "mestizo", nacido sin color, ¿puedo desempeñar mi destino solo? ¿Puedo sobrevivir solo e incoloro cuando tantas mujeres, hombres y niños están predestinados a la desigualdad y al sufrimiento de los destinos robados?
Durante mucho tiempo creí que no había una relación íntima entre ser negro o blanco, que sólo importaban las barreras de clase, que eran los méritos republicanos los que construían vidas exitosas. En su momento me sentí conmovido por la creación de una asociación que representaba a los negros de Francia. Como si tuviéramos que definirnos a través de la mera mirada de los demás, ya sea por simpatía, deseo u odio, y como si tuviéramos que aceptarnos como una minoría solo porque éramos "visibles"... ¿Qué sentido puede tomar una identidad aprisionada en la cárcel de un color de piel?
Esta identidad carcelaria es particularmente insoportable para los mestizos que padecen constantemente la desconcertante experiencia de un racismo minoritario, aunque universal.
Como banquero en Francia, lo hice bien como negro; como primer ministro en África, lo hice bien como blanco.
Hoy, creo que entiendo.
A través de las manifestaciones, las generaciones más jóvenes están mostrando la invisibilidad de los colores y la universalidad de los valores. El único componente para lograr una vida exitosa, es llegar a eliminar los propios odios a través del Derecho y de las libertades. Ya sea la policía blanca o negra, como sus víctimas, sólo hay una elección que cuenta: comprometerse con aquellos que no tienen la opción de elegir su destino.
Valores contra colores, la grandeza de lo invisible y la miseria de lo visible, marchas de orgullo y el derecho a indignarse. Gracias George, ahora entendí.
Lionel Zinsou es Presidente de Terra Nova y Presidente de SouthBridge.
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